Este día se festeja a la persona que por lo menos en una ocasión casi dio la vida por uno: nuestra madre –y eso fue en el momento de darnos a luz-.
Es un día que todo el mundo se vuelca hacia esa mujer que vio por nosotros durante nuestra infancia, encaminándonos, en la mayoría de los casos, hacia el mejor camino, que fungió como consejera -en los problemas que se nos presentaran-, como enfermera, como maestra -al educarnos y enseñarnos a hablar, caminar, comportarnos e incluso a jugar- o como juez y gendarme (policía) cuando por alguna razón debía de reprendernos y castigarnos por alguna travesura realizada.
Este valor no siempre se había reconocido tan públicamente como es actualmente, antes cada uno reconocía su valía a titulo personal, exaltándola cada vez que le fuera a uno posible, esto debido a que no existía un día en especial para celebrar a tan notable persona -dicho día se instituyó mundialmente en 1914, aunque en otros países se festeje el segundo domingo de mayo.
Desgraciadamente, la buena intención de este día se ha pervertido a través del tiempo por el comercio, el cual ve en la llegada de éste día una gran oportunidad de -apelando al amor por la madre- generar una ola de consumismo desmedido, arguyendo que demostremos nuestro aprecio regalándole tal o cual cosa, e incluso últimamente ya no solo se trata del regalo, sino ahora hasta el lugar donde uno se lo entregue -dicho caso es el de los restaurantes de la cadena de hoteles Camino Real, los cuales dicen que hacerlo en ellos hará memorable esta fecha-.
Debemos de festejar a nuestra madre con gran euforia, pero sin caer en las redes del consumismo, que nos tienden tan frecuentemente en la actualidad, !!demostremos el amor, no lo compremos!!.
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