La necesidad del hombre por darle sentido a lo que le sucedía el día con día y que no entendía como es que sucedía, lo obligó a creer que lo que le pasaba estaba regido por un poder o fuerza superior fuera de él -llamese un dios, la naturaleza, etc.- con lo que se dieron las bases a lo que es la superstición -con las ya famosas buena y mala suerte-.
En algunas culturas se ha podido ver que se le temía a las fotografías porque decían que se les robaba el alma en ellas y que actualmente se puede uno encontrar que presuntamente por éstas uno puede "trabajar" a una persona generándole a esta persona de la fotografía enfermedades e incluso la muerte o por el contrario, poder salvarla de dichos males.
En aras de lo que dicta la superstición uno debe de huir de ciertas situaciones como el de pasar debajo de una escalera, pasar junto a un gato negro e incluso, derramar sal, lo que se le da un significado de "mala suerte". Ahora si uno quiere espantar dicho destino, debe uno de contar con una pata de conejo, comprar un amuleto o buscar un trébol de cuatro hojas.
Basado en lo anterior uno puede encontrar una serie de rituales que rezan poder alejar todo lo malo que a uno le pasa, teniendo siempre un factor externo como el de que alguien ya le hizo a uno un "mal de ojo", "le hicieron un trabajo" o que le están "echando" algo en su casa, usando para según alejarlo o deshacerlo cosas como huevos, gallos, hierbas silvestres, velas o veladoras de colores-a las que se les atribuyen poderes especiales o que agregándole algo los adquieren-, miel e incluso hasta azúcar, y que junto con dicho ritual -que incluso en ocasiones uno tiene que hacerlo y no la persona que lo recomienda- se obtiene la preparación necesaria para "romper con el trabajo".
Lo peor en todo esto es que existen gentes que, abusando de el deseo de querer salir de alguna enfermedad o racha de problemas, se aprovechan de ellos asegurándoles que eso funcionará - y que solo tratándose de ellos, y que conste que casi no le gana nada- les cobran unas "módicas" cantidades, que si se tiene suerte, no ascenderán a algunos cientos de pesos, pero que si no llegarán a ser hasta de también algunos miles.
Yo pienso que debe uno de reflexionar un poco antes de acudir con alguien así ya que a mi parecer todos son charlatanes, dispuestos a sacarle el dinero a cuanto incauto o crédulo se deje, y que si no se cuida uno, con tantas cosas que a uno le dan, en una de esas, sale uno en verdad perjudicado, pero por sufrir alguna intoxicación o envenenamiento debido a las sustancias que uno ingiera, maneje o inhale (esto debido a que se usan sustancias como amoniaco, almizcle, esencias de flores e incluso hasta orina).
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