Actualmente, la moda en las familias es la de que ambos padres deban trabajar para poder subsistir en esta cada vez más caótica economía del país, lo que origina que al final del día, los dos padres se encuentren tan cansados y fastidiados, que en lo única que piensan al llegar a la casa es en descansar, pero da la casualidad de que al llegar al añorado hogar, lo primero que encuentran es a sus adorados retoños reclamando atención, por lo que "por su bien", y para no explotar y terminar casi estrangulándolos -en el sentido literal-, los encargan con la llamada "niñera cuadrada", que no es otra que el afamado televisor.
Actualmente los niños pasan una gran cantidad de su tiempo frente a dicho aparato, ya sea por propia iniciativa o por "mandato" paterno, el cual, para evitarse molestias por el griterío y el constante ir y venir de los niños por la casa, los inducen a sentarse frente al televisor, el cual es utilizado como sedante o tranquilizante en los inquietos niños, con lo que logran los 'exhaustos' padres los momentos de tranquilidad buscados.
Este método, aunque eficaz, tiene sus bemoles, como pueden ser la desunión de los integrantes de la familia al no dialogar, o el de que los pequeños, al volverse sedentarios no realicen el suficiente ejercicio que necesitan para su desarrollo -el cuál antes se adquiría al jugar el los patios, jardines e incluso en las calles- llegando así a la tan sonada actualmente OBESIDAD, disminuyendo también sus habilidades de interrelacionares con los demás niños, haciéndolos cada vez más taciturnos e introvertidos.
Otra cosa que afecta al desarrollo de nuestros hijos al dejarlos con la 'nana cuadrada' es el de que su capacidad de asombro disminuye, ya que al ser bombardeados constantemente por la televisión, los hace ya no sorprenderse o reaccionar de cosas que acontecen a su alrededor como son la violencia, la injusticia y los logros obtenidos por el hombre y que anteriormente uno hubiera podido catalogar de 'imposibles'.
Debemos de concientizarnos y pasar más tiempo de calidad con nuestros hijos, ya que ellos son el futuro de la humanidad, y en lugar de entregar a seres pensantes y con sentimientos, estaremos legando a máquinas o seres con un grado de humanidad muy bajo, y que solo lograrán que a humanidad se extinga por apatía y falta de cooperación.
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