Ahora con la amenaza -si, amenaza, porque no ha habido otra forma de persuadir a la gente- de la puesta en marcha de la Ley de Residuos Sólidos, espero que las calles de esta conflictiva ciudad puedan lucir más limpias -como si fueran de una ciudad de primer mundo-, ya que si se ven "algo" limpias es por el esfuerzo de la gente del departamento de limpia.
Actualmente no es agradable ir caminando por la calle y tener que ir saltando o rodeando la basura que uno encuentra a su paso -llamese cáscaras de alguna fruta, envases de refresco o los "regalitos" de alguna mascota desconsiderada-, aún cuando en la mañana el departamento de limpias realizó una recolección de basura, que en esta cuidad comentan que llega a ser se muchísimas toneladas diarias.
Por estas y muchas más razones -incluyendo las de carácter de salud pública-, debemos de comprometernos a cambiar nuestros malos hábitos -y cada quien sabe que tanto le va a costar- de tirar basura en las calles, y comprometernos a cumplir con las nuevas disposiciones que nos marcan con la nueva ley, no solo porque ahora se nos obligue, sino por nuestro bien y el de nuestra familia.
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